miércoles, 25 de septiembre de 2013

‎Ty Segall - Sleeper (Agosto 2013)

Ty Segall sorprendió a todos hace aproximadamente un mes cuando publicó Sleeper, su último álbum en solitario (y el último contando todos sus proyectos, hasta dentro de unos días, cuando verá la luz el debut de FUZZ). Ya fuese acercándose a los Beatles o a Black Sabbath, la distorsión y el lo-fi siempre habían sido uno de sus rasgos distintivos, así como su característica tendencia a crear cortes de menos de dos minutos, urgentes y a veces angustiosos. Pues nada de eso, la angustia y la velocidad eléctrica se transforman en este disco en tristeza, a raíz de los últimos acontecimientos en la vida de Ty: la muerte de su padre adoptivo tras una larga lucha contra el cáncer, el pasado diciembre, y un distanciamiento total con su madre, con la que ya no tiene relación alguna.
Como él mismo ha dicho, Sleeper "was kind of a purge, to be honest" ("fue una especie de purga, siendo honesto").



Retomando lo que ya empezó con canciones como "Gold on the Shore", de su anterior Twins, Segall nos regala diez temas de guitarra acústica, de folk rock, en las que deja atrás el fuzz y la dureza Sabbath (exceptuando un arrollador solo hacia el final de "The Man Man", que parece decir 'no olvidéis que sigo siendo yo', pero al fin y al cabo un espejismo dentro del LP), manteniendo algo del cuarteto más famoso de Liverpool y absorbiendo una buena dosis del alma psicodélica de Marc Bolan.
Y algo de Mikal Cronin, por qué no decirlo. En esta ocasión el maestro se ha convertido en discípulo.

Empieza con "Sleeper", melancólica a más no poder, y sigue sin salirse demasiado del guión en ningún momento, dotando al álbum de una homogeneidad casi inédita en su discografía. 
Sin darnos cuenta, nos topamos con una de sus mejores composiciones hasta la fecha, "Crazy", escrita espontáneamente durante su grabación (algo que él mismo admite que nunca había hecho antes) y con un contraste brutal entre la letra, centrada en la figura de su madre, y la melodía, enormemente dulce.

Los violines hacen su aparición estelar en "She Don't Care", uno de los momentos emocionalmente más intensos del disco, al que sigue "Come Outside", donde el multiinstrumentalista hace gala de su falsete y su versátil voz, y "6th Street", con una guitarra blues-era de la que Robert Johnson habría estado orgulloso.

Tras "Sweet C.C.", en la que el de California esgrime una fuerza melódica que parece descender directamente del mismísimo Roy Orbison, "Queen Lullabye" y el punto y final, "The West", de aire country, bastante Cash, aunque con coros vaporosos y la voz más melosa que puede salir de las fauces de Ty.


Después de escuchar Sleeper, la rabia por no haber podido disfrutar del clásico arrebato de furia distorsionada de Ty Segall, se transforma en la tristeza que transmite el disco y, finalmente, en una profunda paz interior y en alegría, al comprobar que este tío es capaz de absolutamente todo. 


Escucha el disco entero aquí:




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¿Dónde comprarlo?
A través de Drag City Records!!

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