
Ty Segall sorprendió a todos hace aproximadamente un mes cuando publicó Sleeper, su último álbum en solitario (y el último contando todos sus proyectos, hasta dentro de unos días, cuando verá la luz el debut de FUZZ). Ya fuese acercándose a los Beatles o a Black Sabbath, la distorsión y el lo-fi siempre habían sido uno de sus rasgos distintivos, así como su característica tendencia a crear cortes de menos de dos minutos, urgentes y a veces angustiosos. Pues nada de eso, la angustia y la velocidad eléctrica se transforman en este disco en tristeza, a raíz de los últimos acontecimientos en la vida de Ty: la muerte de su padre adoptivo tras una larga lucha contra el cáncer, el pasado diciembre, y un distanciamiento total con su madre, con la que ya no tiene relación alguna.
Como él mismo ha dicho, Sleeper "was kind of a purge, to be honest" ("fue una especie de purga, siendo honesto").
Retomando...