jueves, 31 de octubre de 2013

Crónica de Destruction Unit + Sangre (29 de Octubre 2013, Panic Club, Sidecar)

Desde hace años hemos ido a buenos conciertos, malos conciertos y otros que nos han dejado que ni fú ni fá. Lo del pasado 29 de octubre fue un caso totalmente a parte, una noche agridulce, en la que tuvimos una de cal y otra de arena.

La que se suponía que iba a ser una noche para recordar (en el buen sentido) realmente lo va a ser, pero como la noche en la que vimos la actuación más decepcionante de nuestras vidas. Entre otra cosas, por la soberbia de Destruction Unit, pero también por el enorme potencial que demostraron durante los primeros 15 minutos de su mini-concierto, como restregándonos por la cara un buen filete para finalmente tirarlo a la puta basura.

No todo fueron malas noticias. Antes de lo que debía ser el plato principal, asistimos al estreno en directo de Sangre. El cuarteto barcelonés ofreció el mejor debut que hayamos visto hasta el momento.


Con un Samuel pletórico a los sintes, cantando al unísono con Bel, encargada de hacer temblar los cimientos del edificio con el bajo, alineados a la perfección con un hiperactivo Thommas a la batería y un genial Andrés en la guitarra, demostraron desde el primer instante que no hace falta cargarse el limitador de la sala para destrozar los tímpanos del público.

Empezaron exhibiendo dos de los temas presentes en su bandcamp, "La Bomba de Neutrón" y la brutal "La Ciencia del Exterminio", dejando claro que tocando en directo salen definitivamente ganando. Su sonido, altamente influenciado por los desvaríos electrónicos de Jay Reatard -básicamente por Lost Sounds- y por los legendarios Parálisis Permanente -a quienes deben el nombre de la banda-, recordó por momentos a grandes nombres actuales, como Juventud Juché, o Nü Sensae si miramos más allá de nuestras fronteras. 
Destacó también "Me Llamo John", con Samuel acaparando el micro, canción que dio paso a "Lobos Radioactivos", tercer y último tema disponible en su bandcamp, y una muestra más de esa siniestra y genial mezcla de punk, post-punk y sintetizadores. 

Después de tres temas dedicados a las virtudes del asesinato ("Mata a Tus Padres", "Please Kill Me" y "Matar Turistas"), cerraron un set lleno de oscuridad y distorsión con el potencial single "Galápagos", dejándonos aturdidos y preparados para lo que (supuestamente) se nos iba a venir encima.

Apenas un cuarto de hora después, saltaban al escenario los cinco miembros de Destruction Unit. Ryan, fundador de la banda, voz y una de las 3 guitarras, se situó a la izquierda, dejando el otro flanco para su hermano y bajista Rusty, y la primera línea para el tándem Nick-JS Aurelius, justo por delante del batería Andrew.

No podrían haber empezado mejor. "The World on Drugs", de su último LP, Deep Trip, auguraba un fascinante viaje acidificado por un mundo de psicodelia, garage y noise hacia el que la banda de Arizona pretendía arrastrarnos. Y durante los primeros 15 minutos lo consiguieron sobradamente, encadenando temas donde, a pesar de que el volumen excesivamente alto no ayudaba a apreciar los matices, conseguían envolver al público en una nube de ruido ensordecedor placentero y extasiante.

Fue entonces cuando se embarcaron en una jam eterna, demasiado repetitiva y durante la cual tuvimos tiempo de mover un rato la cabeza, mirar el reloj algunas veces, ayudar a Ryan a no caerse del escenario, ver como Nick se pasaba los últimos diez minutos sin tocar su guitarra, agazapado encima del ampli, con una botella de wiskey en la mano, o simplemente tirado en el suelo, para finalmente salir, literalmente, por la puerta de atrás, seguido por los demás miembros del grupo. Entonces fue cuando todos en el público nos miramos, pensando que era una broma, que unos 30 minutos no eran suficientes, no con lo bien que habían empezado.
Algunos se acercaron a preguntar a JS (el único que se quedo encima del escenario, recogiendo los trastos) que qué ocurría, a lo que él contestó que no tenían más canciones. Casi que hubiese sido mejor que ni tan sólo hubiese respondido, sabiendo que cuentan con 6 álbums y 3 EP's

Es posible que nunca lleguemos a saber si no tocaron más porque les molestó que la sala contase con un limitador de sonido, o si simplemente se habían pasado con las drogas, pero de lo que estamos seguros es de que, a pesar de ser grandes músicos, aquella noche demostraron no ser ni profesionales, ni respetuosos hacia el público que pagó por verlos y la promotora encargada del evento. 

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